Para aquellos que estamos en la vida caminado y sirviendo o simplemente amando, reconocemos que la vida es un don divino que se nos da gratuitamente y por gracia divina.
Hoy al cumplirse otro aniversario del fatídico día del 22 de enero de 1973 cuando se fallo a favor del aborto, miles de personas se reunen en la capital estadounidense para alzar sus voces en defensa de los que aun no pueden hablar. En lo personal conozco a muchos jóvenes que sin ser padres toman de su tiempo, de sus fuerzas físicas y de su dinero para ir a la capital a hacer conciencia de que si no somos dueños de la vida que tenemos, mucho menos lo somos de la vida que se nos ha confiado. Porque pensar que el aborto es la solución a un embarazo no deseado? Porque pensar que un hijo puede ser desechado como un producto no necesario?
En mi trato con muchas personas, me he encontrado con seres que buscan consolidar su familia con un hijo. Al no ser nosotros seres creadores, no nos es posible tener un hijo sino por obra y milagro de el Dador de la vida; nuestro Señor. Hay personas que llenan la ausencia de un hijo con viajes o cosas materiales, hay parejas que agotan todos los recursos hasta los que prohibe el Magisterio de la Iglesia con el único fin de tener una criatura. Y hay personas que logran procrear un hijo después de mucha espera.
He sido testigo del derroche de amor que despierta un hijo, aun cuando este llegue en circunstancias no esperadas. Así es como toda criatura debe de ser recibida al llegar a este mundo. También he sido testigo del dolor de madres en riesgo de perder la vida que llevan en el vientre.
Dios es amor y nos creo para ser amados pero sobre todo nos dio la capacidad y el mandato de amarnos. Ya es hora de que todos tomemos conciencia del asesinato que se comete en aras de la libertad mal encaminada; no puede ser y no debe ser que por la "libertad" de poder hacer una opción se cometa el mas vil de los asesinatos.
La vida no es una opción, es un derecho otorgado por el creador de la vida.
Hoy al cumplirse otro aniversario del fatídico día del 22 de enero de 1973 cuando se fallo a favor del aborto, miles de personas se reunen en la capital estadounidense para alzar sus voces en defensa de los que aun no pueden hablar. En lo personal conozco a muchos jóvenes que sin ser padres toman de su tiempo, de sus fuerzas físicas y de su dinero para ir a la capital a hacer conciencia de que si no somos dueños de la vida que tenemos, mucho menos lo somos de la vida que se nos ha confiado. Porque pensar que el aborto es la solución a un embarazo no deseado? Porque pensar que un hijo puede ser desechado como un producto no necesario?
En mi trato con muchas personas, me he encontrado con seres que buscan consolidar su familia con un hijo. Al no ser nosotros seres creadores, no nos es posible tener un hijo sino por obra y milagro de el Dador de la vida; nuestro Señor. Hay personas que llenan la ausencia de un hijo con viajes o cosas materiales, hay parejas que agotan todos los recursos hasta los que prohibe el Magisterio de la Iglesia con el único fin de tener una criatura. Y hay personas que logran procrear un hijo después de mucha espera.
He sido testigo del derroche de amor que despierta un hijo, aun cuando este llegue en circunstancias no esperadas. Así es como toda criatura debe de ser recibida al llegar a este mundo. También he sido testigo del dolor de madres en riesgo de perder la vida que llevan en el vientre.
Dios es amor y nos creo para ser amados pero sobre todo nos dio la capacidad y el mandato de amarnos. Ya es hora de que todos tomemos conciencia del asesinato que se comete en aras de la libertad mal encaminada; no puede ser y no debe ser que por la "libertad" de poder hacer una opción se cometa el mas vil de los asesinatos.
La vida no es una opción, es un derecho otorgado por el creador de la vida.
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